Las emociones fueron creadas para navegar esta vida tan intensa. Trabajo para no dejarme llevar por ellas e, incluso, a veces, para no sentirlas.
Según mi carta astral, soy agua y aire: un agua de estanque que parece serena por encima, pero debajo de ella vive un mundo completo y lleno de sentires más vivos que nunca.
Soy un aire que habita en el ojo del huracán, donde veo todo el caos y analizo las cosas con mil escenas posibles.
La combinación natural de agua y aire crea diversos fenómenos, como las olas y las corrientes.
En mi mundo, eso se traduce como olas de sentimientos y corrientes de emociones.
Mi mundo interno le da vida a mi mundo externo.
A veces juzgo mi intensidad, pero amo mi fuerza para olvidar y soñar.
Quiero dar mucho. Agradezco el tiempo. Amo la lluvia. Siento el calor. Me equivoco. Miro a los ojos. Pido perdón. Acepto disculpas.
A veces la nostalgia visita, el karma actúa y la noche llega.
¿Por qué dicen que pierdo si doy mucho?
Cuando, realmente, siempre quiero dar lo que soy.

